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Llegó como figura a BSC, no dio la talla, ahora Luguercio luce irreconocible

Por Luis Garcia

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Pablo Lugüercio, conocido como "El Payasito" por su carácter alegre y su talento en el campo, ha decidido dar un giro a su carrera después de 18 años de actividad en el fútbol profesional. El exdelantero de Barcelona SC, Estudiantes, Racing y otros equipos ha encontrado una nueva pasión y propósito en el fútbol fuera de la cancha.

El proyecto que lidera junto a Raúl Salas se llama Wake Up, y busca brindar una mirada diferente del fútbol, empoderando a los futbolistas desde su vivencia y acompañándolos en aspectos psicológicos y emocionales. La agencia tiene como objetivo principal ayudar a los jóvenes futbolistas a disfrutar del juego y enfrentar los desafíos que surgen en el camino.

En una entrevista, Lugüercio menciona que en el fútbol, a menudo, se enfatiza la imposición de disciplina y se pelea por cómo influir en el juego, pero se pasa por alto la importancia de los futbolistas y su desarrollo integral. A través de Wake Up, busca desarrollar inteligencias dentro del fútbol que permitan a los deportistas superar obstáculos y enfrentar situaciones con confianza.

 

El exdelantero destaca que en el fútbol profesional se enfrentan diversas problemáticas, entre ellas, el miedo al fracaso, la incertidumbre y la presión por complacer a otros. Estas situaciones pueden llevar a la autoexigencia y afectar el rendimiento y la parte humana de los jugadores. su agencia se presenta como una herramienta para abordar estas cuestiones y acompañar a los futbolistas en sus necesidades emocionales.

El cambio no solo es físico 

Aunque su carrera futbolística ha quedado atrás, Lugüercio siente que ha sobrevivido como jugador profesional y ahora desea compartir su experiencia y conocimiento para ayudar a otros a enfrentar los desafíos del fútbol y encontrar un equilibrio entre su vida deportiva y personal. El ‘payaso’ ha cambiado mucho en reacción a cuando estaba en nuestro país, no solo desde lo físico, pero desde lo psicológico y la madures propia de todas sus experiencias en el futbol profesional. En Barcelona no brilló, pero supo sacarle provecho a su experiencia en el mas grande de Ecuador. 

 

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