Jugó en BSC, fue parte de la pelea contra LDU, ahora Soledispa luce irreconocible

En un emocionante enfrentamiento del clásico del astillero, Barcelona SC y Emelec se midieron el 20 de julio de 2003 en un épico empate 1-1. Este encuentro dejó una huella imborrable en la memoria de los aficionados, y entre los protagonistas se encontraba el talentoso volante, Leonardo Soledispa. Aunque su carrera profesional no tuvo el éxito esperado, su amor por el fútbol sigue vivo y hoy contribuye al deporte en el ámbito barrial.

Era un día especial para el fútbol ecuatoriano, el estadio Monumental vibraba con la pasión de unos 50,000 espectadores ansiosos de ver a Barcelona SC enfrentar a su eterno rival, Emelec. Aquel 20 de julio de 2003, ambos equipos brindaron un emocionante clásico del astillero que se sellaría con un empate 1-1. Los corazones de los aficionados latían al ritmo de cada jugada y el estadio se convirtió en un escenario de emociones encontradas.

En ese vibrante encuentro, Leonardo Soledispa brilló con su talento en el centro del campo, llevando la batuta de Barcelona SC. Su habilidad y destreza en el manejo del balón marcaron la diferencia en el juego, y su desempeño fue ovacionado por los hinchas amarillos.

Sin embargo, tras su paso por los amarillos, la carrera profesional de Soledispa no alcanzó el éxito que muchos esperaban. Aunque no logró consolidarse en el fútbol de élite, su amor por el deporte rey sigue latente. Hoy, Leonardo se encuentra inmerso en el ámbito barrial, participando en torneos locales y colaborando en la difusión del fútbol en su comunidad.

Además, la historia del volante también incluye momentos complicados, como aquella riña que se desató en la final del campeonato de 2006 en Casablanca, donde muchos jugadores se vieron involucrados en una batalla campal. Este incidente dejó una marca en su carrera, pero también fue una oportunidad para reflexionar y crecer como persona y deportista.

Contribuye al desarrollo del futbol  

A pesar de los altibajos en su trayectoria, el recuerdo de Leonardo Soledispa en el clásico del astillero de 2003 sigue vivo en la memoria de los aficionados del Barcelona SC y en la historia del fútbol ecuatoriano. Su pasión por el deporte y su contribución al fútbol barrial lo convierten en un ejemplo de perseverancia y amor por el juego, recordándonos que el fútbol va más allá de los resultados y que el verdadero espíritu deportivo se mantiene en el corazón de quienes aman este deporte.