A pesar que jugó en Emelec defendió a la barra de Barcelona SC de la policía.

El ex arquero Rorys Aragón, quien dejó su huella en Emelec, relata su experiencia al llegar a Barcelona SC en 2011, enfrentando el rechazo inicial de los hinchas por su pasado rival. Sin embargo, su relación con la hinchada cambió en un clásico del astillero cuando defendió a la barra brava amarilla.

Para un futbolista, cambiar de equipo puede ser un desafío emocional y mental. Rorys Aragón lo experimentó en carne propia cuando, después de hacerse un nombre en Emelec, fichó por el eterno rival, Barcelona SC, en 2011. La noticia generó revuelo y cierta controversia debido a su pasado en el conjunto azul. El ex arquero admitió que fue complicado al principio, ya que los hinchas de Barcelona tenían un rechazo natural hacia aquellos que habían vestido la camiseta de su enemigo deportivo.

Sin embargo, el destino tenía preparado un momento que cambiaría la perspectiva de Aragón ante los hinchas amarillos. En un clásico del astillero, una rivalidad histórica entre Barcelona y Emelec, Aragón encontró la oportunidad de ganarse el respeto y la admiración de la hinchada del equipo al que recién se había unido. El ex arquero rememoró este memorable momento: 'Recuerdo un clásico en el que la policía llegó a quitarle las banderas a la gente de Barcelona. Yo me paré enfrente de los policías y les decía: ‘¿Qué vas a hacer? ¿Qué vas a hacer? ¿Qué te vas a llevar de aquí? No jodas’.

La acción valiente del nuevo portero amarillo no pasó desapercibida para los hinchas de Barcelona. Al devolver las banderas a la barra brava amarilla en un momento de tensión con la policía, Aragón demostró su lealtad al equipo y su deseo de proteger las insignias y el honor del club. Este acto resonó en la hinchada y cambió la percepción que tenían de él.

Un arquero que no solo defiende su pórtico 

La lealtad de Rorys Aragón en ese clásico del astillero lo convirtieron en un jugador querido para la hinchada de Barcelona SC. A pesar de su pasado en Emelec, su compromiso con los colores amarillos y su disposición a defender al equipo de cualquier adversidad lo ganaron el respeto y el cariño de los hinchas, demostrando cómo un solo gesto puede cambiar la percepción y construir una relación de admiración en el mundo del fútbol.